LOS ORIGENES DEL AIKI

 

       HIJITSU

Desde los orígenes del antiguo Yamato el arte de la guerra fue cultivado como un don divino, legado a los Emperadores por los Kami.

El gran Emperador Ojin, famoso por sus virtudes marciales, fue venerado como Dios de la Guerra, ¨Homuda no Yahatamaru¨considerado una manifestación divina (Kami), fue conocido como Hachiman, el Marte de Japón, Yahata y Hachiman son distintas pronunciaciones del mismo nombre que significa ¨Ocho Banderas¨, en referencia al Noble Camino de los Ocho Aspectos, uno de los nombres de la Enseñanza de Buda. Las hazañas del Emperador Ojin fueron remarcables, la pacificación del territorio y el establecimiento de colonias en Corea (Kudara). Este hombre extraordinario vivió 111 años y dejó tras de sí una estirpe guerrera que habría de continuar sus virtudes marciales.

El Emperador Seiwa, descendiente directo de Hachiman, sentó las bases de la dinastía de los Minamoto, a su hijo Teijun se le atribuye el descubrimiento de los grandes secretos marciales conocidos como ¨Hijitsu¨. El núcleo central de este arte secreto fue llamado ¨Aiki¨ el principio fundamental por el que el guerrero uniéndose profundamente con su enemigo logra derrotarlo por una superioridad espiritual y no física. El hijo mayor del príncipe Teijun Seiwa fue llamado Minamoto (Genji) y toda la línea sucesoria de esta familia recibió como legado los conocimientos del ¨Hijitsu¨.

 

Tradicionalmente Los Minamoto constituyeron la principal familia guerrera de Japón, recibiendo la misión de guardar la frontera noroeste del Imperio. Sus líderes serían conocidos como Shinjufu Shogun (general en jefe del ejército del norte).

Durante el período de esplendor de la cultura clásica, cuando la capital fue establecida en Heian (Kyoto), los Minamoto oficiaron de guardias defendiendo la seguridad del estado. Según una frase de la época: ¨Los Minamoto son las garras y dientes de los Fujiwara¨.

                                                                                                                               Texto Cortesía de Red Marcial.