AIKIDO UESHIBA

Para situarnos en el contexto histórico en el que surge el Aikido del Maestro Ueshiba, es conveniente leerse previamente las notas publicadas en la sección Aikijujutsu. En este documento nos habíamos quedado hablando del maestro Shiro.

Cuando este personaje desertó de la Daito Ryu, Saigo Tanamo volvió a encontrarse solo nuevamente. Ninguno de sus estudiantes tenía la talla de su hijo adoptivo.

Durante años la gran escuela zozobró ante la falta de un líder hasta que, finalmente, ocho años después de la partida de Shiro -en 1896-, Sanamo logró convencer al pequeño Tengu para que volviera a la escuela familiar.

Takeda Sogaku Minamoto Masayoshi (1858 - 1943) era uno de los últimos samuráis, a diferencia de los maestros educados en salas de ejercicios y torneos deportivos, había combatido con su sable y había experimentado los entrenamientos más duros. Nacido en una gran familia Samurai, vivió toda su vida como tal. Despreciando la conveniencia material y el prestigio nunca había abierto un Dojo, sólo le interesaba el conocimiento puro, la práctica. Cuando, finalmente, Sogaku se estableció como Maestro del Daito Ryu Aikijutsu, obtuvo un reconocimiento inmediato. Dejando de lado su preferencia por la esgrima se dedicó al desarrollo de aquellas técnicas que habían hecho famosa a la Escuela.

En aquellos años había muchos maestros de gran destreza, pero muy pocos podían hacer gala de los conocimientos del Aikijutsu.

Sogaku se convirtió pues en una figura especial, en una época donde la esgrima comenzaba a perder su rol preponderante y un nuevo interés por las Artes Marciales sin armas había catapultado al Judo al rango de gran deporte nacional. En 1908 fue invitado a la isla de Hokkaido para enseñar a los oficiales de policía, esta fue su oportunidad para crear una gran escuela de Aikijutsu.

Allí permaneció impartiendo clases y dando conferencias, hasta que la muerte lo sorprendió en el camino a un entrenamiento. El gran Takeda Sogaku murió fiel a su ideal, entregado a su arte desde el principio al fin.

Uno de los resultados más importantes de la enseñanza de Sogaku fue el nuevo estilo de Morihei Ueshiba, conocido como Aikido. A pesar que las diferencias entre ambos Maestros y de las características específicas del Aikido moderno, es innegable que las enseñanzas de Takeda Sogaku tuvieron una importancia decisiva en la formación de Ueshiba Sensei. Según su propia expresión: ¨Con Takeda Sogaku abrí los Dojos para las Artes Marciales¨.

Evidentemente los discípulos de Ueshiba Sensei encuentran dificultades para aceptar la influencia de Sogaku sobre el Aikido moderno; sin embargo es necesario recordar que durante una parte importante de su vida Ueshiba Sensei otorgó diplomas del Daito Ryu firmados por el mismo Sogaku y que sólo en una época posterior su estilo desarrolló un perfil propio, característico también de las transformaciones del Japón de posguerra.

 

Una de las características del Daito Ryu había sido la resistencia a cualquier difusión de sus enseñanzas. En Japón hay una expresión para esta reserva, las artes secretas u Oshikiuchi, enseñadas solamente a los Buke: descendientes de los Samurais o a los oficiales del ejército.

Las artes secretas tienen una efectividad muy superior a las expresiones deportivas que se divulgan en las Universidades y los Dojos. Es natural que este tipo de conocimientos fueran manejados con la más absoluta reserva. Además de esta razón de orden, Japón es un país que ha sobrevivido a las más terribles vicisitudes, gracias a su defensa del principio aristocrático (aristos, del griego: " lo mejor "); esta aristocracia no esta basada en el dinero como en occidente, ni necesariamente en el origen social, el principio aristocrático de Japón se refiere mas bien a los valores sostenidos durante generaciones, a la conducta probada y a las capacidades individuales.Para ser aceptado en la Escuela Daito Ryu era necesario una introducción formal, que acreditara al postulante con la jerarquía social pertinente.

Morihei Ueshiba no contaba por aquel entonces con dicha carta de presentación, pero un amigo suyo, un periodista llamado Yoshida, le ayudó a obtener una entrevista informal con Takeda Sogaku. Presentándose en un hotel para un reportaje, Yoshida llegó con Morihei Ueshiba e intempestivamente le dejó en compañía de Sogaku. Al parecer la treta dio resultado, pues Ueshiba produjo una fuerte impresión en Takeda quién lo aceptó inmediatamente como alumno del Daito Ryu.

Desde ese momento Morihei Ueshiba se transformó en el estudiante más ávido de Takeda Sogaku, viajando con él en sus habituales cursos a lo largo de Hokkaido.

Ueshiba Morihei

 

En 1922 recibió su primer certificado de Aikijutsu y en 1926 el segundo. Ueshiba Sensei relata cómo tuvo que abandonar al Profesor Takeda a causa de la enfermedad de su padre y cómo al pasar por el Monasterio de Ayabe conoció a Onisaburo Deguchi, el hombre que habría de influir decisivamente en su vida.

Es natural que Ueshiba, quién temía por la salud de su padre y habría de encontrarlo muerto al volver a su casa, sufriera una gran conmoción espiritual. Fue a partir de esta crisis que se transformó en un militante del Omoto Kyo (una versión del Shintoismo), y que comenzó a juzgar a la luz de esta filosofía toda su experiencia en las Arte Marciales.

        Onisaburo Deguchi,

 

Obviamente una nueva disposición espiritual habría de entrar en contradicción con la orientación del Daito Ryu. Las enseñanzas de Takeda iban dirigidas fundamentalmente a los militares y descendientes de samuráis; como es natural en ese tipo de disciplina el objetivo es destruir al rival o lesionarlo gravemente. El Aikijutsu había demostrado una mortal efectividad por su dominio del Atemi y su especialidad para dislocar las articulaciones. Pero el Omotokyo ponía un énfasis particular en la no-violencia y el amor universal; obviamente, la disposición psicológica de ambas escuelas era completamente opuesta.

A lo largo de veinte años Ueshiba Sensei trató de resolver esta oposición entre las técnicas del Daito Ryu y la filosofía del Omotokyo. En este período tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial con su secuela de destrucción y de muerte. Es evidente que esta experiencia vendría a profundizar aún más la necesidad sentida por Ueshiba Sensei de encontrar un Arte Marcial que no persiguiera la destrucción del rival; porque quien quiere destruir se expone a ser destruido.

Así, del respeto por el rival surgió el nuevo Aikido. Las técnicas que antes servían para dislocar las articulaciones fueron transformadas en elementos de disuasión, los golpes terminales y el Atemi fueron eliminados.

La palabra Aikido se traduce literalmente como “la vía (Do) de la unidad (Ai) con la energía de todas las cosas (Ki). Los principios del Aikido mantienen que la mente y el cuerpo son uno solo. Cuando una persona actúa según este principio, le es posible desarrollar un gran poder. Desde que los movimientos del Aikido son, de una manera natural, circulares, requiriendo flexibilidad, equilibrio y colocación, no hay ninguna necesidad de conflicto cuando se produce un ataque potente. Uniéndose con el movimiento y controlando la fuerza es posible dirigir el poder del ataque de una manera segura y efectiva. La practica de las proyecciones también conduce al aprendizaje de las caídas aprendiendo a realizarse de una manera segura y convirtiéndose en si mismas en una forma de auto defensa.

Las técnicas de Aikido no necesitan fuerza para actuar contra otra fuerza, por ello no es necesario ser fuerte para empezar pero con el tiempo uno se volverá fuerte. Las técnicas de Aikido son defensivas, por eso no es necesario que uno sea agresivo para empezar, pero se desarrllará consecuentemente un movimiento energético y seguro. Como el Aikido se practica con un compañero se aprende de los demás y se ayuda a los demás a confiar y aprender de uno Esto crea un espíritu sano y abierto en el Dojo En resumen, el Aikido es bueno para tu cuerpo tu mente y tu corazón.

Para muchas personas este cambio resultará inverosímil; sin embargo cuando el Príncipe Teijun descubrió el principio de la unión con el rival y le llamó Aiki, significando con esta expresión algo más que una astucia, creó las posibilidades de un arte no violento cuya compleja historia esbozamos aquí.

No obstante los desarrollos del Aikido moderno, el Daito Aikijutsu se sigue practicando en la isla de Hokkaido bajo la enseñanza del profesor Takeda Tokimune, hijo de Takeda Sogaku. Todos los años tiene lugar una exhibición pública en la ciudad de Abashiri y muchas personas viajan desde distintas partes de Japón para presenciar la destreza mortífera del antiguo arte de los Minamoto.

 

Santuario Aiki en Ibawama